lunes, diciembre 04, 2006

¡Que viene la justicia!

Los jueces, tan lentos e injustos en muchas ocasiones, han dado esta vez en el clavo con la sentencia del Tribunal Supremo que condena al alcalde de Vila-real a prisión e inhabilitación por prevaricar. (...) Acierta el Supremo al desestimar la multa como castigo porque «sería satisfecha incluso con cargo a las arcas municipales, agravando la situación de los vecinos». Javier Alfonso, hoy en 20 Minutos.