Payasada institucional
No nos fijemos sólo en Ibarretxe y su testaruda determinación de convocar a los vascos a un referéndum. Hace tiempo que la cohesión y la viabilidad de la España autonómica no las sacuden exclusivamente ciertas versiones mesiánicas del nacionalismo periférico. El más español de los partidos actúa con la misma irresponsabilidad. O aún peor, porque su discurso exacerbado ni siquiera se justifica en la convicción sino en la mera oportunidad. Sin ir más lejos, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, aventuró el jueves durante unas horas la posibilidad de llevar a los valencianos a un referéndum para reformar el nuevo Estatuto de Autonomía con la pretensión de incluir la cláusula de financiación de Andalucía, contra la que paradójicamente cosechó en su día un sonrojante varapalo del Tribunal Constitucional. Era un farol escenificado, ante el estupor ciudadano, en sede parlamentaria y secundado con entusiasmo por el portavoz del PP, Esteban González Pons, y el vicepresidente del Consell Vicente Rambla.
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Adolf Beltran, hoy en
El País.
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