Wollstein
Entre todos los personajes que pululan por el estercolero en que están convirtiendo al Valencia CF (lo de que Juan Villalonga lo pueda comprar ya es la bomba), hay un tipo que me fascina, Jesus Wollstein. Este hombre, que años ha pasaba las noches en un saco de dormir en la Cadena 40, se ha convertido de repente en una figura pública, gracias a su alopecia y a sus formas. El otro día, lo contaba Cayetano Ros en su crónica en El País del juicio de Albelda, sonrió orgulloso cuando Koeman soltó aquella estupidez de que en el fútbol no existe el futuro. Seguramente Wollstein había instruido al holandés pensando que el juez es como un aficionado y que con cualquier frase se le puede engañar. Patético.
Wollstein pasó de dormir en el suelo del estudio a casarse con Marta Torrado, concejal del PP en el Ayuntamiento de Valencia y de ahí, al estrellato. Pasó por la Ser, por la COPE, por Antena 3 TV y llegó a dirigir Ràdio 9. Desde todas partes hizo negocios privados, ya fuera de la mano de su esposa con los conciertos de fallas o con el Valencia CF, al que le montó la presentación del nuevo estadio, antes de dimitir. Y como de bien nacidos es ser agradecidos, Juan Soler, que cada vez más muestra su cara de niño mimado al que su padre le saca de los jaleos (“A mi hijo le he dicho yo que venda”, “Ayer me llamó y me dijo ‘papá, papá, no nos han ofrecido nada”, declaraciones ambas de Bautista Soler, su padre, hoy en cualquier periódico), lo puso como jefe de prensa del club.
Pero Wollstein no quiere ser sólo un jefe de prensa. Intentó que Soler le nombrara consejero delegado del club, sin conseguirlo. Eso sí, consiguió que le metieran un suelo acorde al puesto que exigía, a razón, dicen de medio millón de euros al año. Ese pastizal, seguramente acompañado de un blindaje por si algún día lo echan a la calle, es el que se levanta un tipo que desde el gabinete de comunicación que no comunica. Es más, intenta liar al personal, algo que en el deporte debe ser muy normal, pero que cuando se habla de negocios ya no lo es tanto.
Wollstein aspira, quizá, a ser el responsable de las inversiones financieras de la familia Soler. Pero no lo es. No es más que un muy mal jefe de prensa muy bien remunerado. Con fauna como esa no es de extrañar que al final venga uno de los mafiosillos más famosos de la época de Aznar y se quede con el club. Eso sí, Villalonga exprimirá al Valencia para que dé hasta la última gota de rentabilidad. Hasta con stock options si hace falta. ¿Estará ya Wollstein cambiando su chaqueta y llamando a Londres para ofrecerse a Villalonga para lo que haga falta? Quien sabe…
Wollstein pasó de dormir en el suelo del estudio a casarse con Marta Torrado, concejal del PP en el Ayuntamiento de Valencia y de ahí, al estrellato. Pasó por la Ser, por la COPE, por Antena 3 TV y llegó a dirigir Ràdio 9. Desde todas partes hizo negocios privados, ya fuera de la mano de su esposa con los conciertos de fallas o con el Valencia CF, al que le montó la presentación del nuevo estadio, antes de dimitir. Y como de bien nacidos es ser agradecidos, Juan Soler, que cada vez más muestra su cara de niño mimado al que su padre le saca de los jaleos (“A mi hijo le he dicho yo que venda”, “Ayer me llamó y me dijo ‘papá, papá, no nos han ofrecido nada”, declaraciones ambas de Bautista Soler, su padre, hoy en cualquier periódico), lo puso como jefe de prensa del club.
Pero Wollstein no quiere ser sólo un jefe de prensa. Intentó que Soler le nombrara consejero delegado del club, sin conseguirlo. Eso sí, consiguió que le metieran un suelo acorde al puesto que exigía, a razón, dicen de medio millón de euros al año. Ese pastizal, seguramente acompañado de un blindaje por si algún día lo echan a la calle, es el que se levanta un tipo que desde el gabinete de comunicación que no comunica. Es más, intenta liar al personal, algo que en el deporte debe ser muy normal, pero que cuando se habla de negocios ya no lo es tanto.
Wollstein aspira, quizá, a ser el responsable de las inversiones financieras de la familia Soler. Pero no lo es. No es más que un muy mal jefe de prensa muy bien remunerado. Con fauna como esa no es de extrañar que al final venga uno de los mafiosillos más famosos de la época de Aznar y se quede con el club. Eso sí, Villalonga exprimirá al Valencia para que dé hasta la última gota de rentabilidad. Hasta con stock options si hace falta. ¿Estará ya Wollstein cambiando su chaqueta y llamando a Londres para ofrecerse a Villalonga para lo que haga falta? Quien sabe…
3 Comments:
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
[Era un spam, por eso lo suprimí]
El més curiós de Wollstein és que es confirma el principi de Peter: un puja laboralment fins el seu màxim nivell d'incompetència. I damunt, pagant quatre xavos a la gent que té en comunicació fent la feina de veritat... això quan no els acomiada directament, com va fer estos nadals amb dos persones de Marketing. Una mala persona.
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