Impasible el ademán
Rafael Blasco tiene una misión en la vida. Da igual que le echen de un partido (el PSOE en su día) o que le cambien de consejería cuando forma parte de los gobiernos del PP (Bienestar Social, Territorio, Sanidad...). Hoy cuenta El País la visita fantasma de un tipo con nombre de personaje de cine negro, César Augusto Tauroni, al despacho del conseller.
El consejero de Sanidad, Rafael Blasco recibió el pasado 14 de septiembre en su despacho a un viejo conocido. César Augusto Tauroni, administrador único de General de Comunicaciones y Servicios (GCS) -una firma que obtuvo polémicas adjudicaciones durante la etapa en la que Blasco dirigió el departamento de Bienestar Social-, visitó al consejero en sus dependencias de la séptima planta de la sede de Sanidad semanas antes de la crisis abierta en el área de informática debido a las diferencias de criterio en la adjudicación de un contrato de tres millones de euros.Al margen de los detalles de película, hay que seguir leyendo el artículo para entender o intuir a qué se dedica el Tauroni en cuestión e imaginar de qué se pudo hablar en ese despacho. Habrá que poner las orejas...
Tauroni, que acudió con una tercera persona sin identificar, evitó pasar por el servicio de registro, en el que se toman los datos de las visitas que acceden a la sede de la Agencia Valenciana de Salud, y hacia las 19.00 subió directamente a la última planta del edificio situado en la calle de Micer Mascó de Valencia, reservada para el consejero y su más estrecho círculo de asesores.
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