jueves, enero 11, 2007

Julio de Miguel

Hace unos años, cuando se produjo el relevo en la presidencia de Bancaja, fue necesario negociar con Julio de Miguel, hasta entonces presidente, para que renunciase a repetir en el cargo. El PP le había prometido a José Luis Olivas, que fue presidente de la Generalitat durante el breve periodo entre la dimisión de Zaplana y las elecciones, la presidencia de la entidad financiera valenciana.

Pero Julio De Miguel, considerado como el menos hábil (por decirlo de alguna manera suave) de la familia De Miguel, no quería irse. Al final se le ofrecieron algunas prevendas, como ser consejero independiente en dos empresas en las que Bancaja era accionista: Iberdrola y Metrovacesa. Y ahí sigue. Hoy, por ejemplo, Bancaja ha dejado su puesto en el consejo de Metrovacesa -le ha vendido su participación a la familia Lara- y De Miguel sigue ahí.

Es cierto que De Miguel figura como consejero independiente en ambas sociedades. Pero en las dos entró por ser presidente de Bancaja. Y no hay que olvidar que los consejeros de las empresas cobran. Y cobran bien.