martes, julio 18, 2006

Terra Mítica levanta la suspensión... ¿hasta la próxima?


El juzgado que lleva la crisis de Terra Mítica ha dictado hoy el levantamiento de la suspensión de pagos que mantenía la sociedad desde mayo de 2004 (ahí es nada...). Tras las quitas de los acreedores -es decir, el dinero que las cajas, bancos y la Generalitat entre otros han preferido dejar de cobrar antes que quedarse con un cacho de montaña rusa de madera- y la decisión de vender los terrenos anejos -esos que la Generalitat expropió por interés público y que luego regaló a Terra Mítica como aportación en especie en una de las numerosas ampliaciones de capital- parece que la juez ya entiende que el parque puede volver a la normalidad.

Pero ¿cuál es esa normalidad? En 2005, Terra Mítica perdió 17 millones de euros (casi 3.000 millones de las antiguas pesetas, algo que hay que recordar para entender la magnitud de las pérdidas). Es cierto que es la mitad de lo que había perdido el ejercicio anterior. Pero ¿es sostenible una empresa que acumula pérdidas año tras año? Porque aunque se levante la suspensión de pagos, Terra Mítica aún tiene deuda (cierto que menos de los 218 millones que declaró en el proceso concursal, ahora estará en algo menos de 100) y que tiene que pagarla. Sin saber cuál es el umbral de rentabilidad, es decir, cuándo dejará de palmar pasta el parque, el futuro de Terra Mítica no parece muy alagüeño.

O el plan de viabilidad empieza a arrojar cifras más esperanzadoras o la posibilidad de que en un futuro cercano se vuelva a las andadas no es descabellada. Al fin y al cabo, la viabilidad del parque viene condicionada por su propio nacimiento. Sobrecostes desproporcionados que están siendo objeto de investigación judicial y que salpican a su impulsor, Eduardo Zaplana, y que han llevado al fiscal a pedir que se investigue si hubo pago de comisiones en cuentas de Suiza u otros paraisos fiscales.

Valga esta entrada como noticia de alcance. Espero tener un rato para explicar la diferencia entre haber hecho Terra Mítica con criterios empresariales y haberlo hecho como se hizo. Porque de eso depende, sin duda, el futuro del recinto temático.

Continuará