Calabuig

Desde que el PSPV optó por garantizarse las fiambreras de los asesores de los concejales en el Ayuntamiento de Valencia en lugar de intentar pelear con Rita Barberà, las cosas no pueden ir a peor. Si el principal hándicap de Jorge Alarte, como candidato autonómico, es que lo conocen en su casa a la hora de cenar, el partido y sus militantes como un solo hombre, se arrojaron por un precipicio al grito de '¡qué hay de lo mío?', y optaron para la alcaldía por Joan Calabuig, ese hombre pegado a una corbata, que lo conocen en... Bah, no lo conoce ni Dios.

El tipo que piensa en Blanquerías sabe que sin mejorar los resultados de Valencia ciudad es imposible, no digo ya ganar en la Comunidad Valenciana. Es que tampoco mejorará los resultados anteriores.

Para eso hay que pelear con Rita. Y pelear casi en el sentido literar. Y, con toda sinceridad mi imagen de Calabuig en estos momentos es... Un momento... ¿Dónde está Calabuig? Porque desde que ganó anda en paradero desconocido. Igual está pergeńando un plan infabible para ganar, con proyectos argumentario y una impactante campaña para movilizar a los votantes, esos a los que han puesto por detrás de las fiambreras.

Mientras aparece y los progresistas valencianos agotamos las existencias de Prozac ante la magnitud de la tragedia, el equipo de investigación de Malva-rosa Connection, formado por un mono que sabe usar Google, ha tenido acceso al cartel electoral del candidato y sus corbatas.


Igual nos han engañado y no es este, pero no me digan que la historia no tiene tintes berlanguianos...