martes, noviembre 09, 2010

Lo hacen para irritarnos

Usted puede pensar que lo hacen sin darse cuenta, pero en realidad lo hacen a posta. El hecho de que no se sabe si hoy o mañana Francisco Camps y Rita Barberá se reúnan con Ferrari en Italia para hablar de sus cosas en lugar de estar aquí preocupándose del medio millón de parados o de las telarañas de sus respectivas cajas de caudales (la pública me refiero, no dudo que ambos tienen forrado el riñón tras tantos años ocupando cargos y con coche oficial) provoca irritación en cualquier ciudadano normal. En los que no son normales igual les hace hasta ilusión.

Pero para la gente de la calle -los que sufrimos aún sin saber exactamente cómo (colas en urgencias de los hospitales, falta de colegios, atención a la dependencia inexistente…) los despropósitos de esta pandilla de desaprensivos que nos gobierna- el hecho de estos dos pollos estén ahora hablando de parques temáticos (con los precedentes que hay), de carreras de coches o de lo que les pase por el arco del triunfo, nos irrita profundamente.

Y lo que les contaba al principio. Quizá, como somos personas decentes, pensamos que Camps y Barberá hacen estas cosas porque son unos descerebrados. Porque no piensan en las consecuencias de sus actos. Pero nos equivocamos. Estoy completamente convencido de que lo hacen para irritarnos. Les da exactamente igual lo demás. La cuestión es que nos cabreemos con ellos.

Tengo una teoría que creo nunca he puesto por escrito. Creo que Rita odia a los valencianos. Si no, no se explica que en tantos casos gobierne contra ellos. Contra los vecinos de El Cabanyal arrasando el barrio, contra los de El Carmen permitiendo despropósitos de la mafia de los bares… En mi teoría, insito, Rita disfruta con cada una de las decisiones que toma contra los habitantes de la ciudad. Si pudiera haría una inmensa obra que molestaría a todos los valencianos menos a su cuadrilla de marujas hooligans que la acompaña cuando sale a los barrios a reñir a los vecinos.

Como Camps es hijo putativo de Rita, en mi teoría, insisto, Camps ha heredado ese odio. Y ahí se van los dos, cogidos de la mano, sin hacer pública su agenda, sin decir a qué van o qué pretenden, a Italia a negociar con una empresa como Ferrari para no se sabe muy bien qué. ¿Un parque temático como el de Abu Dabi?

Si no fuera porque sé que lo hacen para cabrearnos y para que yo y tantos otros escribamos entradas en nuestros blogs poniéndolos a parir –en mi teoría ellos nos leen mientras se ríen a carcajadas- ahora exigiría aquí a Camps y Barberá que se dediquen a arreglar lo que tienen empastrado antes de meterse en otro charco.

1 Comments:

Anonymous EL GRIFO GOTEA said...

La prueba de que Rita odia la valencianía es claramente la siguiente: Rita no sabe hablar valenciano.

Saludos antirríticos.

9:38 p. m.  

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