Un país de bicis
A veces da la sensación de que a la alcaldesa de Valencia y a quienes mandan en la ciudad ni les gusta demasiado el Cap i Casal ni tienen excesivo cariño a sus vecinos. Hay ejemplos paradigmáticos, como la permisividad, cuando no agrado, con la que contemplan el masivo incumplimiento de todo tipo de normas que logra convertir todos los fines de semana el centro histórico en un gigantesco vertedero. O, en una línea semejante de desconexión con la realidad social de un barrio emblemático y desprecio por su patrimonio histórico, así como por la opinión de los vecinos, la desconcertante obcecación con la que defienden el delirante proyecto de embaldosar los espacios peatonales de las grandes vías de la ciudad al módico precio de casi 5 millones de euros. Los residentes en la zona andan alucinados.
Andrés Boix, hoy, en El País
Nota: Espero que como lectores inteligentes que son aprecien que mi teoría de que Rita odia a los valencianos se va consolidando.
1 Comments:
debe ser muy frustrante poner tanto interes desde el 2006 y ver que en Valencia seguimos votando a Rita !cada vez más!. Y en nada te plantas en cinco años con brugales y con lunas y con todo.. es realmente encomiable, ni Alborch ha tenido ánimo para tanto, me impresionas.
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