viernes, noviembre 19, 2010

Y la Generalitar hizo ¡POP!

Cuenta Emili Tortosa en el libro de Adolf Beltran 'Conversaciones con un directivo comprometido' (Tàndem, 2009) que a principios de la década de los 80 la entonces Caja Valencia tenia un montón de pisos fruto de una apuesta inmobiliaria primero y de los embargos después. Cuando estalló aquella burbuja, la caja estaba a punto de poner en marcha un Plan de Desarrollo Inmobiliario (PDI).

Pero en eso que el Banco de España decidió intervenir la entidad que estaba abocada al desastre por el ladrillo y, encima buscaba una huida hacia adelante. "El Banco de España dijo: 'De desarrollo, nada'. Y se convirtió en un plan de desinversión de inmuebles, con las mismas siglas, PDI", explica Tortosa en el libro.

Me ha venido este episodio a la memoria tras escuchar al vicepresidente económico Gerardo Camps en las Corts presentando el Presupuesto 2011, en concreto cuando ha desgranado el Plan de Optimización del Patrimonio (POP) de la Generalitat.

Me encanta cuando los políticos les ponen nombres raros a las cosas para tratar de que los ciudadanos no nos enteremos de las cosas. Porque detrás del POP lo que hay de verdad es una búsqueda desesperada de pasta con la que atender desde las cuestiones más básicas a los intereses de la elevada deuda del Consell.

Y de lo que trata esa optimización es, en palabras llanas 'vendamos lo que podamos'. Y así, se van a poner a la venta varios edificios públicos (entre ellos la Consellería de Indústria, en la calle Colón o la Cigüeña, en la Alameda, que ahora no sé si es Bienestar Social y Agricultura) y solares, como los que ¿compró? (¿o expropió pagando una miseria y está pendiente de denuncias?) para la fanfarronada de los tres rascacielos del sacacuartos de Calatrava. Quieren sacar así a ojo algo más de 300 millones. Dicen que para cuadrar el presupuesto de 2011. Otra cosa será quién los compre, porque me temo que eso de recurrir a Bancaja y CAM no va a ser posible.

No hay ninguna política seria para reducir la deuda que impide cualquier margen de maniobra para hacer políticas que permitan dinamizar a la economía productiva. Con la caja bajo mínimos sólo se les ocurre vender patrimonio. Con miles de empresas sin cobrar por servicios ya prestados o obras acabadas, sólo pensar que la Generalitat esté estudiando lo del parque temático de Ferrari y haciendo ostentación de ese mundo de lujo tan alejada de la realidad de todos los valencianos menos ellos es para que los corramos a gorrazos.

Y es que, en verdad, la Generalitat ya hace tiempo que hizo 'crack'.