martes, junio 20, 2006

El Mundial de Familias (X) - Una limosnitaaaaaa

Dice la organización del Mundial de Familias en su web (que paso de enlazar):
donativos

La organización del V EMF supondrá, como es lógico, un gasto considerable. Aunque la organización está haciendo un gran esfuerzo para encontrar patrocinadores, se apela a la generosidad de todos para afrontarlo.

Los donativos pueden ingresarse en la siguiente cuenta corriente... blablabla


Hay que tener más cara que espalda para ser tan descarado. Un gasto descomunal que encima asume en su gran mayoría la administración pública local y autonómica. Al margen de los patrocinios (¿pondrán publicidad en la casulla del Papa como si de un piloto de F1 se tratara?). Y después la Iglesia va pidiendo dinero al Estado para pagar a los curas que dan las clases de ¿religión? o para restaurar sus posesiones inmobiliarias o para habilitar en distintas sedes propias de Valencia dormitorios para las decenas de curas que vendrán (eso sí, no tan lujosos como el chabolo del Papa). A los buenos católicos les debería caer la cara de vergüenza, pero como yo no lo soy no les daré lecciones de moral.

El negocio es la base de este encuentro. El propio de la iglesia, el de los políticos que lo aprovecharán para chupar cámara, el de los que alquilan pisos a 1.000 euros el día para esa semana, el de las tiendas de suvenirs que ya venden abanicos o gorras del Papa (¡sin pagar licencia! les falta mucho por aprender de la FIFA), el del fabricante de banderas del Vaticano que ya empiezan a colgar de los balcones (¿quién las vende?) y, finalmente, el de una pastelería de mi barrio que ha hecho unas piruletas gigantes con la cara del Papa.

Pero si hasta la dudosamente competente consejera de Turismo, Milagrosa Martínez, llegó a decir (pillo de un antiguo teletipo de Efe):
El EMF atraerá alrededor de 1,3 millones de personas, lo que supone que en sus dos días centrales, con la estancia del Papa en Valencia -el 8 y 9 de julio- se obtendrán unos ingresos de entre 60 y 70 millones de euros.


Y mañana, Navidad.

Jo no t'espere!