sábado, septiembre 16, 2006

La oferta infame

La Generalitat está ofreciendo 180.000 euros a cada familia de las 43 víctimas del accidente del metro a cambio de que no acudan a juicio. El Consell basa el cálculo en la sentencia del caso Biescas, aquella terrible riada que segó la vida de 87 personas que pasaban sus vacaciones en un camping ubicado en un barranco. Los detalles los cuenta hoy El País.

¿Tienen derecho los familiares a una indemnización? Por supuesto. ¿Tienen los familiares derecho a aceptar lo que les ofrece el Gobierno autonómico y olvidar la tragedia que les arrebató a su hijo, a su esposa, a no hacer la dolorosa travesía por unos juzgados lentos que por ejemplo en el caso de Biescas han tardado 10 años en dictar sentencia? Por supuesto.

Quien no tiene el derecho moral a hacer lo que hace es la Generalitat. Porque en realidad lo que hace el Consell del PP es intentar comprar la justicia, es decir, que no haya ni juicio ni, por supuesto sentencia. Y es que en el caso de Biescas, el tribunal acabó declarando la responsabilidad patrimonial del Estado y de la Diputación de Aragón por permitir la instalación del camping en ese barranco pese a que existían informes contrarios que advertían del peligro que eso suponía.

Y precisamente eso es lo que quiere evitar a toda costa la Generalitat. Porque existen informes por escrito presentados en el comité de seguridad de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana que recomendaban la instalación de balizas en esa curva así como la conveniencia de dotar a la línea 1 de un mejor sistema de seguridad para evitar accidentes. Al ignorar esas advertencias se ponía a sabiendas en peligro a los usuarios. Y eso, como en Biescas, implica una responsabilidad patrimonial de la Generalitat.

El Gobierno de Francisco Camps quiere evitar como sea esa sentencia. Para eso echa mano de la caja, del dinero público, para tapar sus vergüenzas. Peor. Para lavarse las manos de la sangre de las 43 víctimas. La vileza de la estrategia que ha emprendido el Consell para conseguir que las familias no acudan a los tribunales y poder pedir así que no se celebre nunca una investigación judicial es de tal magnitud que se impone hasta recordar que, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, infamia, la palabra que utilizo en el título de esta entrada, significa, maldad.