Moción de censura
Hablaba esta misma semana con algunas personas sobre la falta de empuje con que llegaba la izquierda valenciana a este inicio de curso político fundamental. Con las elecciones autonómicas a la vuelta de la esquina, comentaba con estos amigos la necesidad de que los partidos de izquierdas comenzaran a plantearse fórmulas para ilusionar a un electorado que, o se le da alguna esperanza de derrotar al PP, o dificilmente se pondrá en marcha.
El anuncio de la presentación de una moción de censura contra el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, puede ser esa primera chispa. Es evidente que Joan Ignasi Pla no ganará la moción. Pero si el PSOE y sus futuros aliados aprovechan el movimiento mediático que proyectará esta medida política para denunciar los desmanes de los populares con el territorio, la falta de políticas industriales, la crisis económica de la Generalitat, el abandono de los servicios públicos esenciales, como la sanidad, la educación o los transportes, y la cantidad de casos de corrupción que salpican (o mojan del todo) a los que apoyan a Camps, como ocurre con el alcalde de Alicante, los de Torrevieja y Orihuela o el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, quizá pueda despertar conciencias.
Veremos cómo evoluciona todo. El escepticismo entre los votantes de izquierda de este país está más que justificado. Pero el derecho a ilusionarse con echar del poder al PP también.
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Actualización, domingo 3 de septiembre.
Editorial del diario Levante-EMV: Trepidante inicio del curso político en la Comunitat
Opinión de Josep Torrent, delegado de El País en la Comunidad Valenciana: Una decisión inevitable
El anuncio de la presentación de una moción de censura contra el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, puede ser esa primera chispa. Es evidente que Joan Ignasi Pla no ganará la moción. Pero si el PSOE y sus futuros aliados aprovechan el movimiento mediático que proyectará esta medida política para denunciar los desmanes de los populares con el territorio, la falta de políticas industriales, la crisis económica de la Generalitat, el abandono de los servicios públicos esenciales, como la sanidad, la educación o los transportes, y la cantidad de casos de corrupción que salpican (o mojan del todo) a los que apoyan a Camps, como ocurre con el alcalde de Alicante, los de Torrevieja y Orihuela o el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, quizá pueda despertar conciencias.
Veremos cómo evoluciona todo. El escepticismo entre los votantes de izquierda de este país está más que justificado. Pero el derecho a ilusionarse con echar del poder al PP también.
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Actualización, domingo 3 de septiembre.
Editorial del diario Levante-EMV: Trepidante inicio del curso político en la Comunitat
Opinión de Josep Torrent, delegado de El País en la Comunidad Valenciana: Una decisión inevitable
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