martes, enero 30, 2007

La estrategia del avestruz

Francisco Camps tiene un problema. Bueno, en realidad tiene varios, pero vamos a uno en concreto: su incapacidad para dar un paso al frente cuando tiene problemas. Así, su opción durante toda la crisis de la CAM ha sido la de no decir nada, como ocurrió con el metro, por poner un ejemplo. Se trata de esconderse dentro de su caparazón y esperar a que escampe. O a que venga un hermano mayor, léase Rajoy, y le eche un cable.

La estrategia del avestruz le puede servir en alguna ocasión. Pero refugiarse en ella parece poco pertinente para quien pretende seguir gobernando a los valencianos. Ayer leí en Valencia Hui una entrevista a Arturo Virosque, ese hombre que debería haberse retirado hace ya algunas décadas. El presidente de la Cámara de Comercio de Valencia defendía su asistencia al acto del libro de Zaplana y aseguraba ser amigo tanto de Camps como del ex presidente valenciano. Pero atención a sus palabras:
“Que aprenda de lo que está pasando [en referencia al vacío que le hicieron a Zaplana en el acto del otro día] (…) porque el día de mañana se lo harán a él”.
Hoy ha habido un acto en la Feria de Valencia para mayor gloria de Camps, aunque el objetivo declarado era otro, la internacionalización de la institución ferial. Al final, foto con los empresarios, los mismos, pero menos, que antes iban a ver a Zaplana cuando mandaba. Al final del acto, Camps suelta algo así como: “Ya saben, para lograr todos estos objetivos, lo fundamental es que haya estabilidad institucional, emocional y social”. Lo dice el que tiene el partido patas para arriba… Pero además no tiene vergüenza en prácticamente pedir el voto. No es la primera vez. Lo hizo en el propio Palau de la Generalitat…

PS: Lo de estabilidad emocional dicho delante de Alberto Catalá, presidente de la Feria de Valencia, tiene muy mala leche.