Zaplana
El trabajo me está apretando un poco esta semana. Me gustaría tener más tiempo para explicar lo que ocurrió anoche en un hotel de Valencia con la presentación de un "libro" a la que vino Eduardo Zaplana. No sé si tendré tiempo para ampliarlo, pero valga un par de apuntes. A Zaplana se le nota resentido con el poco valor que le dan, ya no sus enemigos, si no sus propios "amigos", es decir, los del PP, a su época de Gobierno. En su discurso de ayer dejó bien claro que su etapa fue la de 1995 a 2003. Y ahí acabó. Zaplana no considera que este Gobierno popular sea continuación del suyo. Zaplana citó a Joan Lerma -de quien dijo que hizo bien asumiendo las competencias de Sanidad y Educación pese a los problemas de financiación-, José Luis Olivas -que acabó su (la de Zaplana) etapa en la Generalitat como presidente interino- pero ni una mención para Camps. ¡Si nombró hasta a González Lizondo para alabarlo en un mensaje que aún me cuesta entender qué intención tenía, si no era la de joder a Camps!
El abismo entre ambas facciones del PP, campistas y zaplanistas, es tal que ya nos resulta normal que en un acto del portavoz del partido en el Congreso de los Diputados, no haya nadie del sector campista. Y que todos los que acudan al acto sean destacados zaplanistas. Cuando empezó a hablar Zaplana hubo un montón de aplausos que no le dejaban empezar su discurso. Eran como aplausos de desagravio por el palo de Rajoy del día anterior o por los problemas entre las dos partes en la CAM. Pero Zaplana dijo que aquello no era un acto para reivindicarse. Si bien no hizo otra cosa que recordar lo bien que lo hizo.
Sin embargo, a Zaplana esta vez sólo le hizo los coros su gente. Ni empresarios ni sociedad civil, si se exceptúa a Virosque. A saber si lo que está ocurriendo es que todos esos que antes le desenrollaban la alfombra roja ven en el ex presidente a un cadáver político o es que Camps ya ha mandado cerrar filas a su alrededor. O quizá lo que ya no mola es dejarse ver en actos del PP, aunque este formalmente no lo era. Por cierto ¿quién ha pagado la edición del supuesto libro que ayer se presentó?
¿Queréis saber más? El País, Levante-EMV, Las Provincias, ABC
El abismo entre ambas facciones del PP, campistas y zaplanistas, es tal que ya nos resulta normal que en un acto del portavoz del partido en el Congreso de los Diputados, no haya nadie del sector campista. Y que todos los que acudan al acto sean destacados zaplanistas. Cuando empezó a hablar Zaplana hubo un montón de aplausos que no le dejaban empezar su discurso. Eran como aplausos de desagravio por el palo de Rajoy del día anterior o por los problemas entre las dos partes en la CAM. Pero Zaplana dijo que aquello no era un acto para reivindicarse. Si bien no hizo otra cosa que recordar lo bien que lo hizo.
Sin embargo, a Zaplana esta vez sólo le hizo los coros su gente. Ni empresarios ni sociedad civil, si se exceptúa a Virosque. A saber si lo que está ocurriendo es que todos esos que antes le desenrollaban la alfombra roja ven en el ex presidente a un cadáver político o es que Camps ya ha mandado cerrar filas a su alrededor. O quizá lo que ya no mola es dejarse ver en actos del PP, aunque este formalmente no lo era. Por cierto ¿quién ha pagado la edición del supuesto libro que ayer se presentó?
¿Queréis saber más? El País, Levante-EMV, Las Provincias, ABC
4 Comments:
En primer lugar no entiendo cómo pones el exabrupto "joder" en un texto que presume de riguroso análisis político. Hay que cuidar ese lenguaje.
En segundo lugar no entiendo cómo pones al mismo nivel a un periódico que ha demostrado su rigor como El País con los provincianos y localistas Levante-EMV y Las Provincias cuya estrechez de miras es acorde a su miopía moral, si no ¿por qué ambos silencian aquello que puede molestar a los que sufragan generosamente la publicidad?
Dicho esto, no entiendo por qué no citas el lúcido análisis de El País del domingo en el que se afirma la existencia de connivencia entre Zaplana y el PSOE para, cuales moscas c..., desestabilizar a Camps , vease el tema de la CAM, a cambio de que el PSOE silencie la apestosa corrupción de Terra Mítica.
Aquí, en nuestra amada tierra valenciana, los sesgos morales, las hemiplejías éticas de las que hablaba Ortega y Gasset son tan patentes como infantiles. Y no hace falta levantar mucho la falda para verle el plumero, con perdón, a cada cual.
Ay Senyor quan dependrem.
No creas, esos panfletos de Diario de Valencia y el nuevo periódico ultrafacha "Valencia Hui" arropan a Zaplana.
El cabrito dejó caer que "lo menos que puede exigirse a un gobernante es que deje las cosas mejor que las encontró". Eso es un golpe en los gallumbos a Camps.
un blogabrazo paisano
Por cierto, pon un log de 20minutos.
Me cuesta dar contigo en
Que conste que no cité esos periódicos por que no los considere dignos de los mínimos de calidad para ser lamados periódicos serios.
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