jueves, febrero 08, 2007

El Octubre vibra

La pasión de Emili Payà por la música electrónica se refleja en la programación del Octubre Centre de Cultura Contemporània (OCCC). El complejo cultural impulsado por Eliseu Climent y del que Payà ejerce como acertado gestor está ganándose su nombre a base de una programación inteligente, moderna y capaz de llenar el espacio. Elegir la creación electrónica como uno de los pilares del OCCC es un punto a favor no solo de Payà, que se lo cree, si no también de los propietarios del centro que afortunadamente no han optado por insistir en viejos clichés de la cultura progre. Atraer a espectadores al centro cultural sin que la vinculación ideológica les condicione es uno de los caminos básicos para hacer que el nuevo punto de encuentro tenga éxito.

El OCCC, además, demuestra que las ideas son esenciales para sacar adelante un espacio cultural. Los que juegan con talonario acaban enseñando sus vergüenzas. Así, mientras Carlos Pérez hace un trabajo excelente en el MuVIM, Consuelo Ciscar continúa hundiendo día a día el IVAM, todo tras haberse gastado muchos millones en una bienal irrelevante. Así, mientras La Nau, un edificio que tras su rehabilitación podría haber sido eje cultural, se muere de inanición, el OCCC empieza a coger el ritmo. Habrá que ver en manos de quién deja Bancaja la gestión del nuevo Centre Cultural Bancaixa. Porque de la capacidad de idear propuestas de futuro atractivas para el ciudadano depende el éxito de un espacio cultural. El talonario no lo es todo.