No habría de chocarnos, pues, que al hoy portavoz popular se le haya motejado de "Zaplanavión" debido al espectacular uso de este transporte, ni tampoco que prospere el alias de "Dispendioso" como ya se le describe a propósito de las mencionadas informaciones sobre la administración o despilfarro de la partida de gastos protocolarios. A este respecto parece oportuno anotar varias puntualizaciones. Mediante la primera hemos de anotar la exigente selección -no exenta de coentor en algunos casos- de primeras marcas y artículos por parte del ministro para obsequiar a terceros a cargo de nuestros dineros. La segunda, la mezquindad que revelan algunos recibos, como es el reintegro del óbolo donado a mesas petitorias. La tercera, que en un país con moral pública, el político meramente sospechoso de este despilfarro ya estaría, siquiera provisionalmente, en el ostracismo o camino de chirona. La cuarta, que resultaría aleccionador, aunque en modo alguno eximente, la divulgación de cómo demonios consume cada ministro sus respectivos fondos de libre disposición. Y, por último, que sería prodigioso a la par que deprimente ver levantar políticamente cabeza al hoy portavoz popular.
J. J. Pérez Benlloch, hoy, en
El País, sobre los extravagantes gastos (
1 y
2) de Zaplana como ministro de Trabajo
1 Comments:
Hay una leyenda urbana que asegura que el Concorde dejó de ser rentable cuando Zaplana se vió en la necesidad de cancelar sus numerosos viajes a NYC
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