Inmigrantes
El traslado de los inmigrantes y sin techo que 'vivían' bajo el puente de Ademuz, en Valencia, ha sido un ejemplo de cómo se hacen las cosas mal. El grave problema humano que se registraba en esa zona del rio ciudad abandonada de la mano de Rita era tan grave que necesitaba -y sigue necesitanto- de políticas de alto calado, no de una simple operación de limpieza. Testigo Accidental reflexiona hoy sobre ello en su blog.
En una situación como la del puente de Ademuz se reúnen varios elementos que hay que tener en cuenta a la hora de tomar decisiones: gente que vive allí porque no tiene otro sitio, gente que tiene todas sus pertenencias allí, gente que vive allí porque su modo de vida le ha llevado a vivir allí y es allí donde quiere estar... Son historias humanas que no se borran con una escoba. La labor previa al desalojo de los trabajadores sociales -a lo largo de los meses- podría haber evitado una situación que se venía denunciando de hace mucho. Trabajos de prevención habrían reducido el problema en parte. Pero no se hizo nada.
Una manaña, camiones de basura, policias y obreros limpiaron aquello, pusieron unas vallas y se les ofreció a los sin techo la posibilidad de ir a albergues temporalmente. No se trabajó más sobre ellos y sobre sus circustancias individuales. Algunos perdieron todas sus pertenencias, que en algunos casos era colchón y en otros los papeles de toda su vida. Pero la muestra de que se actuó mal es que la mayoría han optado por trasladarse a unos metros del puente. El problema existe, solo que unos metros más allá.
Ante esta situación, aterroriza leer un titular de ayer en El Mundo, edición de Valecia (no disponible en Internet) que venía a decir algo asi como "El ayuntamiento estudia construir una fuente bajo el puente para evitar que los inmigrantes vivan allí".
En una situación como la del puente de Ademuz se reúnen varios elementos que hay que tener en cuenta a la hora de tomar decisiones: gente que vive allí porque no tiene otro sitio, gente que tiene todas sus pertenencias allí, gente que vive allí porque su modo de vida le ha llevado a vivir allí y es allí donde quiere estar... Son historias humanas que no se borran con una escoba. La labor previa al desalojo de los trabajadores sociales -a lo largo de los meses- podría haber evitado una situación que se venía denunciando de hace mucho. Trabajos de prevención habrían reducido el problema en parte. Pero no se hizo nada.
Una manaña, camiones de basura, policias y obreros limpiaron aquello, pusieron unas vallas y se les ofreció a los sin techo la posibilidad de ir a albergues temporalmente. No se trabajó más sobre ellos y sobre sus circustancias individuales. Algunos perdieron todas sus pertenencias, que en algunos casos era colchón y en otros los papeles de toda su vida. Pero la muestra de que se actuó mal es que la mayoría han optado por trasladarse a unos metros del puente. El problema existe, solo que unos metros más allá.
Ante esta situación, aterroriza leer un titular de ayer en El Mundo, edición de Valecia (no disponible en Internet) que venía a decir algo asi como "El ayuntamiento estudia construir una fuente bajo el puente para evitar que los inmigrantes vivan allí".
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