lunes, noviembre 08, 2010

La hipotética reforma del Estatut

Bienvenidos de nuevo al apasionante mundo de la política valenciana. La política con mayúsculas. Con mayúsculas metidas de pata como la cometida hoy por la… la… ¿qué es ahora Paula Sánchez de León? Bueno, da igual. Ahí estaba en las Corts defendiendo su trozo de presupuesto entre el sopor general cuando de repente le suelta a los socialistas: “Nosotros no tenemos ninguna hipotética”. Quería decir hipoteca, pero quizá el subconsciente de la portavoz del Consell sin funciones le ha traicionado. Porque si después de tantas conversaciones telefónicas transcritas como hemos leído entre políticos del PP y empresarios sobornadores nos tenemos que creer que el Gobierno valenciano no le debe nada a nadie, necesitaremos unas grandes tragaderas.

Un lapsus, vale. De hecho, Sánchez de León rectificó enseguida. Pero como la anécdota me venía bien, la aprovecho. Ya saben, no dejes que la verdad te estropee un buen arranque de post.

Pero si hoy hay un personaje grande entre los grandes ese es Serafín Castellano, conseller de… de… ¿paranys? Bueno, de Governació creo que es. Castellano, el amigo del constructor Taroncher, al que le adjudicaba obras pequeñas para pagar el terrenito que se compraron a medias, ha anunciado hoy que el Consell está preparando una reforma del Estatut d’Autonomia. El objetivo es colocar una cláusula como la de los catalanes y los andaluces (no sé si alguno más) para que los Presupuestos Generales del Estado incluyan un mínimo de inversión en la Comunitat Valenciana, ya que por lo visto la famosa cláusula Camps no sirve para nada.

Y ahí sale Castellano, ese hombre, a decir esto sin decir, por otro lado, que: sólo quedan dos plenos antes de las vacaciones de Navidad (sí, nuestra vida es un asco comparada con la de los diputados) y que cuando vuelvan en año nuevo celebrarán dos o tres plenos más y, disolución para elecciones.

Pero esperen, que no se trata sólo de que no haya tiempo para tramitar la ley. Es que necesita el apoyo de dos tercios de la Cámara. Pero además, y de esto parece que se olvidan muchos, un nuevo cambio en el Estatut ¡precisa de un referéndum! Ese que no hicimos en el anterior cambio pero que, con el nuevo texto, es preciso cuando afecta a temas importantes.

Usted y yo sabemos que todo es una maniobra política. Pero lo peor es que ellos, la Generalitat, también lo saben. Desde hace tiempo que la política de Camps son cortinas de humo para ocultar una inactividad y falta de pasta que clama a ese cielo al que tanto rezan. Pero ¿por qué iban a dejar que la realidad estropee una buena maniobra de distracción?

Lo dicho, bienvenidos y bienvenidas de nuevo.