La revolta del terrat
Hay un cuento de Pere Calders titulado 'La revolta del terrat' en el que los vecinos de un edificio se atrincheran ante alguna injusticia que no logro recordar. Hace mucho que lo leí. La revuelta de los vecinos de esta ciudad es inminente. La injusticia sí la recuerdo. Es más, la vivo.
Los vecinos del Carme se van a manifestar por la chapuza que está realizando la alcaldesa Rita Barberá en el barrio. Adoquina las calles pero no las peatonaliza. Llena de bolardos las aceras y elimina las plazas de aparcamiento sin eliminar el tráfico, convirtiendo los solares en improvisados y feos aparcamientos. Lo contaba en el post de abajo Adolf Beltran.
Los vecinos de la avenida de Les Corts Valencianes también prepara una movilización para oponerse a la construcción en aquella zona del nuevo estadio del Valencia CF. Quieren que en ese solar -que el Ayuntamiento ha regalado al club a cambio de otros microsolares situados donde quiera el dueño de la sociedad anónima deportiva- se construyan instalaciones deportivas y educativas, que buena falta hacen.
A Rita Barberá le salen vecinos descontentos. Dicen que ella está nerviosa (la conversación que recrea Javier Alfonso en su columna esta semana parece confirmarlo). Las elecciones están a la vuelta de la esquina y este tipo de movilizaciones no le vienen nada bien a una alcaldesa acostumbrada a no hacer nada y que teme que la sombra de la Alborch se proyecte sobre su insoportable mayoría absoluta.
Los vecinos del Carme se van a manifestar por la chapuza que está realizando la alcaldesa Rita Barberá en el barrio. Adoquina las calles pero no las peatonaliza. Llena de bolardos las aceras y elimina las plazas de aparcamiento sin eliminar el tráfico, convirtiendo los solares en improvisados y feos aparcamientos. Lo contaba en el post de abajo Adolf Beltran.
Los vecinos de la avenida de Les Corts Valencianes también prepara una movilización para oponerse a la construcción en aquella zona del nuevo estadio del Valencia CF. Quieren que en ese solar -que el Ayuntamiento ha regalado al club a cambio de otros microsolares situados donde quiera el dueño de la sociedad anónima deportiva- se construyan instalaciones deportivas y educativas, que buena falta hacen.
A Rita Barberá le salen vecinos descontentos. Dicen que ella está nerviosa (la conversación que recrea Javier Alfonso en su columna esta semana parece confirmarlo). Las elecciones están a la vuelta de la esquina y este tipo de movilizaciones no le vienen nada bien a una alcaldesa acostumbrada a no hacer nada y que teme que la sombra de la Alborch se proyecte sobre su insoportable mayoría absoluta.
2 Comments:
Pues yo creo que Rita Barberá puede estar la mar de tranquila. Con el tipo de cultura política que existe en España gracias al PSOE y al PP, los votantes de la ciudad de Valencia no cambiarán el signo político del Ayuntamiento por muchos años más. En Valencia la gente tiene lo que quiere, lo mismo que en Barcelona o en las comunidades autónomas de Extremadura o Andalucía
Mucho me temo que el del comentario anterior tiene toda la razon. En Valencia tenemos Rita para años. Esperemos que sea cierto lo de que no hay mal que cien años dure. Anda que como la criogenicen... xddd
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