El eje Valencia - Barcelona
El anticatalanismo recalcitrante que habita en muchos de nuestros conciudadanos, incluidos (o especialmente) los políticos, impide que la relación entre Cataluña y la Comunidad Valenciana sea lo fluida que merecería. No se trata de temas culturales o lingüísticos -que también- si no de los puramente económicos.
Hoy se han reunido y se han hecho una foto los presidentes de las dos autoridades portuarias de Valencia y de Barcelona y no ha corrido sangre. Han hablado de temas en los que pueden colaborar y de otros en los que deben competir. No ha habido víctimas. Cuando no se habla, sí hay víctimas. La primera, el sentido común.
No se trata de crear gérmenes de unos futuros Països Catalans ni nada parecido. Se trata de entender que dos autonomías unidas geográficamente -aunque sea sólo eso para los más recalcitrantes- deben mantener contactos permanentes para solucionar problemas que les son comunes.
El hecho de que Camps, durante sus años en la Generalitat no se haya reunido con su homólogo catalán denota desinterés, miedo o, en el peor de los casos, complejo de inferioridad. Los intereses de los ciudadanos -incluidos los económicos- están por encima de las filias y las fobias de sus gobernantes.
Hoy se han reunido y se han hecho una foto los presidentes de las dos autoridades portuarias de Valencia y de Barcelona y no ha corrido sangre. Han hablado de temas en los que pueden colaborar y de otros en los que deben competir. No ha habido víctimas. Cuando no se habla, sí hay víctimas. La primera, el sentido común.
No se trata de crear gérmenes de unos futuros Països Catalans ni nada parecido. Se trata de entender que dos autonomías unidas geográficamente -aunque sea sólo eso para los más recalcitrantes- deben mantener contactos permanentes para solucionar problemas que les son comunes.
El hecho de que Camps, durante sus años en la Generalitat no se haya reunido con su homólogo catalán denota desinterés, miedo o, en el peor de los casos, complejo de inferioridad. Los intereses de los ciudadanos -incluidos los económicos- están por encima de las filias y las fobias de sus gobernantes.
2 Comments:
El detalle que el puerto de Barcelona reciba muchísimas más subvenciones y sea beneficiado por el marketing de ciertos grupos políticos es algo banal ¿verdad?
Estudio en Barcelona desde hace 4 años, y aunque soy valenciana, me molesta profundamente la relación entre las dos autonomías.
Especialmente me molesta el anticatalanismo infundado que percibo en muchos valencianos/as.
Incluso he encontrado gente que ni si quiera quiere viajar a Cataluña en un intento de boicot patético. Ellos se lo pierden, porque Barcelona, sin intento de centralizar, porque Cataluña es muy grande, es una ciudad preciosa, con miles de cosas de las que aprender. Ya me gustaría a mi que en Valencia se invirtiese tanto en cultura, por ejemplo.
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