La política del toldo
Este largo mes de agosto que he tenido de vacaciones me ha permitido descubrir muchas cosas en la ciudad de Valencia, de la que no he escapado a penas unos días por la crisis. Pero sin duda, lo que me ha impactado de forma notable, lo que creo que es el mayor descubrimiento de la acción de los poderes públicos de los últimos lustros, lo que me ha marcado de por vida es lo que he decidido llamar ‘La política del toldo’, todo un mundo de posibilidades inaugurado por Francisco Camps cuando decidió tapar las cosas feas de la ciudad con enormes anuncios publicitarios para evitar que se vieran durante el Gran Premio de Fórmula 1.
Camps tiene un amplio campo de actividad con su nueva política. Por ejemplo. Ya no será necesario construir nuevos colegios, ni tan solo con pladur, que los hacen ahora. Bastará con los barracones ya existentes y unas grandes lonas alrededor del solar que muestren una imagen de un típico campus universitario de Estados Unidos, por poner un ejemplo. Tampoco será necesario mejorar los hospitales. Si se hubiera dado cuenta antes, en lugar de hacer la nueva Fe, hubiera bastado con poner un toldo inmenso con el dibujo de un hospital maravilloso. No hace falta rehabilitar El Cabanyal, basta con rodearlo con un toldo que reproduzca edificios espectaculares. Lo que haya detrás no es importante. Lo que cuenta es lo que se ve.
Pero no tiene por qué quedar en edificios. Hay muchas aplicaciones para la política de toldos. Por ejemplo, ¿que se construye una macrourbanización espantosa, pongamos por caso en la desembocadura del Júcar? Pues se rodea todo con un toldo pintado con el mar y unos árboles de ribera mediterránea y listos. Se podría llegar a llenar, por ejemplo, las gradas de la fórmula 1 con toldos con caras pintadas, con lo que no hubiera hecho falta ni regalar entradas.
El toldo es el futuro. Seguro que en los próximos meses Camps y compañía nos aportarán nuevos y mejorados usos de esta nueva vía de hacernos cada día más felices.
PS: Sí, he vuelto de vacaciones un poco sarcástico…
Camps tiene un amplio campo de actividad con su nueva política. Por ejemplo. Ya no será necesario construir nuevos colegios, ni tan solo con pladur, que los hacen ahora. Bastará con los barracones ya existentes y unas grandes lonas alrededor del solar que muestren una imagen de un típico campus universitario de Estados Unidos, por poner un ejemplo. Tampoco será necesario mejorar los hospitales. Si se hubiera dado cuenta antes, en lugar de hacer la nueva Fe, hubiera bastado con poner un toldo inmenso con el dibujo de un hospital maravilloso. No hace falta rehabilitar El Cabanyal, basta con rodearlo con un toldo que reproduzca edificios espectaculares. Lo que haya detrás no es importante. Lo que cuenta es lo que se ve.
Pero no tiene por qué quedar en edificios. Hay muchas aplicaciones para la política de toldos. Por ejemplo, ¿que se construye una macrourbanización espantosa, pongamos por caso en la desembocadura del Júcar? Pues se rodea todo con un toldo pintado con el mar y unos árboles de ribera mediterránea y listos. Se podría llegar a llenar, por ejemplo, las gradas de la fórmula 1 con toldos con caras pintadas, con lo que no hubiera hecho falta ni regalar entradas.
El toldo es el futuro. Seguro que en los próximos meses Camps y compañía nos aportarán nuevos y mejorados usos de esta nueva vía de hacernos cada día más felices.
PS: Sí, he vuelto de vacaciones un poco sarcástico…
2 Comments:
Pero ¿qué hay crisis? ¿hay recesión? ¿hay paro? Y si es así, ¿qué dice Zapatero de todo esto?
València en realitat no és una ciutat, sinó un plató de televisió immens, com en la pel.lícula "El Show de Truman".
Benvinguts al món de la realitat virtual. Benvinguts al Show de Rita & Camps. Visita del Papa, Fórmula 1, ... "València: Esdeveniments tot l'any". Ben bé podrien assignar un sou als ciutadans, com a figurants d'aquesta tramoia gegant.
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