El sucesor
Pocos días ha necesitado Calabuig para sumir en la perplejidad a su parroquia y a media docena de votantes no identificados que orbitan por el espacio sideral. Y ello pese a los esfuerzos del equipo saliente por subtitularle un discurso que se entiende sin necesidad de traductores. La primera, en la frente. Rendición, digo bendición apostólica del pelotazo del Mestalla, para garantizar la supervivencia de la mercantil deportiva. Confundiendo el papel de oposición defensora del patrimonio público y los intereses generales con la de verdugo, no de los jugadores en el campo, sino de los manirrotos gestores de la sociedad anónima, acaban de indultar a quienes provocaron el hundimiento con la imprescindible complicidad del PP municipal. Ya se sabe que la turba impone y la marca blanca de Caja Madrid también aprieta lo suyo para no comerse con patatas el pasivo y la deuda de la empresa, pero es que los de Alarte lucen los ideales tan elásticos, que no hace falta sastre que amplíe unas hechuras por las que cabe todo.
Lee el palo que le arrea
Manolo Jardí a Joan Calabuig, hoy en
El País.
1 Comments:
Me encanta la frase: "media docena de votantes (de Calabuig) no identificados que orbitan por el espacio sideral". Brillante!!! No podrian rectificar y presentar a Manolo Mata? Puto "dedazo" lo de las primarias.
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