domingo, enero 06, 2008

«Depredator», en Valencia

El año 2007 acabó y hemos ido a más, supongo. Siempre vamos a más. Pero miro atrás, con ira, al ver que hemos perdido patrimonio, y como si tal. Las imágenes de 2007 son la destrucción del Capitol y la de parte de la Tabacalera... dos destrozos en los que lo público y lo privado se dan la mano.

Del cine Capitol sólo queda la fachada, todavía en obras, pero del interior, nada. Pudo salvarse como cine para la Mostra de València, para actividades de la Fundación Municipal de Cine, o para Cinema Jove, o conjuntamente con Cultura para Filmoteca de la Generalitat, pero nada de nada. Los 3,6 millones de euros iniciales que pedía la propiedad y la restauración eran demasiado.

De Tabacalera se ha dicho todo. Pero las fotografías que vimos de su demolición son la respuesta, la forma en que el Ayuntamiento de Valencia entiende el patrimonio. Prisa por destruir, ninguna para restaurar.

Y eso que se dijo que la empresa a la que se adjudicó en su momento pagó unos 3,6 millones, y que sólo por la parte central -que se destinará a oficinas del ayuntamiento- se ha hecho un trueque con un edificio valorado en 12 millones de euros, pero que la oposición dice que en el mercado hubiera valido mucho más.
El agravante es que, además de derribar parte, se construirán edificios más altos, una muralla de cemento en torno, y a las fincas colindantes se les cierra la vista del monumento. El negocio del adquirente es más completo. Pelotazo va.
Decepcionante resultado. Doble negro para esta corporación municipal que gasta alegremente en eventos. Y que en cuestión de negocios se decanta siempre por los mismos.

Y como guinda: les Covetes de Sant Joan siguen igual, rotas, llenas de basura desde que se rodó Arroz y tartana, con los papeles que puso el ambientador, Pepón Sigler. Y más, otras llenas con basura.
Rafael Ventura, este sábado, en Levante-EMV.
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¿Quieres saber más? Sobre arquitectura, La política de la excavadora y La política de la excavadora 2.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Rita Barberator al ataque...

10:35 p. m.  
Blogger Pinkerton said...

Per no parlar de l'ex-teatre romà de Morvedre, quina pasta nos va a costar la boutade de Císcar and company.

9:30 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

s cert que l'actuació en el teatre romà de Sagunt va poder ser una gran cagada, però tornar enrere pot ser pitjor. Pareix clar que els arquitectes pensen que és impossible retornar al teatre al seu estat original sense alterar més el monument, pot ser cap arquitecte voldrà firmar un projecte de demolició per a evitar veure's en els jutjats una altra vegada. Deixant les raons tècniques a un costat, almenys Sagunt ara té un escenari per a desenrotllar una programació cultural, que amb la pròxima intervenció pot estar en perill, no vaja a ser que algun xiquet toque una pedreta a deshora i tinguem un altre conflicte judicial.

7:14 p. m.  
Blogger Pinkerton said...

El problema és que el debat que no s'obri és el de les responsabilitats polítiques dels governants que preneren les decisions en aquells moments. Eixe és un dels problemes de la política actual que ningú asumix les responsabilitats.

Pacència.

9:11 a. m.  

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