El bigotón de Peralta
Ricardo Peralta luce un hermoso bigotón. Eso, que en cualquier sociedad de bien debería considerarse un punto a favor del ya defenestrado Delegado del Gobierno, lamentablemente para él, no ha sido suficiente para que Jorge Alarte, con su carita lampiña, haya conseguido de Pérez Rubalcaba y su barba, su destitución. Esa es la primera lectura, sí. A Peralta lo echan porque Alarte no puede con él y, tras la salida de De la Vega, que le protegía, ya no hay obstáculos.
Dejo para todos los que estos días han escrito sobre Peralta y lo han puesto a caer de un burro, especialmente por la actuación policial en los disturbios de El Cabanyal, aunque tampoco gusta que autorice al facherío local a manifestarse. Bien, eso está ahí y ya se encargan otros de recordarlo con porras y detalles, aunque, como siempre, no deberían olvidar quién origina el conflicto del Cabanyal.
Pero déjenme que les dé dos claves internas: El PSOE prepara el terreno. Elige a Ana Botella (que es funcionaria y por tanto tiene plaza si ZP pierde) y abre huecos en la lista municipal donde se manejan unos datos que parece van a obligar a unos cuantos a codearse (darse codazos) por ir bien arriba en la lista de ¡Calabuig! (a partir de ahora, en este blog el nombre del candidato socialiata a ser barrido por Rita Barberá siempre irá entre exclamaciones).
Y yo no sé ustedes, pero desde que ¡Calabuig! se alzó con las primarias, tengo la sensación de que Joan Ribó y su bicicleta han subido enteros entre los que piensan que hay que votar aunque sea con una pinza en la nariz para intentar echar al PP.
Pero claro, ni ¡Calabuig! ni Ribó tienen el bigotón de Peralta. ¡Que lejos quedan aquellos días en que se especuló con que fuese el candidato al Ayuntamiento! Les hubiera ido igual de mal, pero con un mostacho digno de admirar.
Dejo para todos los que estos días han escrito sobre Peralta y lo han puesto a caer de un burro, especialmente por la actuación policial en los disturbios de El Cabanyal, aunque tampoco gusta que autorice al facherío local a manifestarse. Bien, eso está ahí y ya se encargan otros de recordarlo con porras y detalles, aunque, como siempre, no deberían olvidar quién origina el conflicto del Cabanyal.
Pero déjenme que les dé dos claves internas: El PSOE prepara el terreno. Elige a Ana Botella (que es funcionaria y por tanto tiene plaza si ZP pierde) y abre huecos en la lista municipal donde se manejan unos datos que parece van a obligar a unos cuantos a codearse (darse codazos) por ir bien arriba en la lista de ¡Calabuig! (a partir de ahora, en este blog el nombre del candidato socialiata a ser barrido por Rita Barberá siempre irá entre exclamaciones).
Y yo no sé ustedes, pero desde que ¡Calabuig! se alzó con las primarias, tengo la sensación de que Joan Ribó y su bicicleta han subido enteros entre los que piensan que hay que votar aunque sea con una pinza en la nariz para intentar echar al PP.
Pero claro, ni ¡Calabuig! ni Ribó tienen el bigotón de Peralta. ¡Que lejos quedan aquellos días en que se especuló con que fuese el candidato al Ayuntamiento! Les hubiera ido igual de mal, pero con un mostacho digno de admirar.
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