Un pollo llamado Luis Salom

Quizá usted sea como un servidor y no tenga ni idea de que ahí afuera hay un mundo virtual paralelo a este. Ese mundo, que ya va por la versión 2.0 (le ponen decimales porque quienes participan en él lo hacen evolucionar tan rápido que con números enteros nos adelantarían en un pis-pas), es en realidad casi como este. Se habla de las mismas cosas que en el mundo real, se celebran victorias deportivas, se comentan noticias del día, se critican a los controladores y se apoya a WikiLeaks.

Los que me cuentan cómo es ese mundo 2.0 me aseguran al mismo tiempo que ahí se está cocinando el futuro. El de la comunicación, la información, las relaciones personales por motivos tan distintos como los amores o el activismo social. Se crean movimientos en red, ora invisibles, ora capaces de desvirtualizarse (así lo dicen), capaces de defender las mejores causas (y seguro que también las más reprobables). Es, en definitiva, un mundo virtual que refleja el real, sí. Pero con una gran diferencia. Nadie lo controla.

Eso, en una sociedad como la actual, en la que los poderes públicos, mediáticos o económicos ven como una afrenta el que alguien se salga del carril que nos han pintado para que lo recorramos como ciudadanos anestesiados. Por ese motivo, igual que los que apuestan por este paso importante en la libertad del tráfico de información y conocimiento, los que preferirían ponernos una venda en los ojos y un esparadrapo en la boca, también se han unido al mundo 2.0.

En Valencia -y así llegamos ya al fondo del asunto- funciona de manera deficiente un servicio de alquiler de bicicletas público. Es una buena iniciativa gestionada de manera penosa. Los usuarios de Valenbisi (el que le puso el nombre aún se estará riendo) no dudan en contar en ese mundo 2.0 los problemas que padecen. Y la respuesta es la callada por respuesta. En Twitter, una de esas redes sociales, se cuentan las penurias y se insta al Ayuntamiento a que las solvente. Como Rita Barberá tiene cuenta, se le envían mensajes que, naturalmente pasa de responder. Porque para algunos las redes sociales no son más que un vehículo más de burda propaganda, y no una manera de estar en contacto con los ciudadanos.

Hace un rato me contaban la historia de un pollo. El pájaro en cuestión es un tal Luis Salom, fiambrero del Ayuntamiento de Valencia que presume de 'creer en la comunicación 2.0 como fórmula eficaz de acercarse a la gente y sus necesidades'. Pero este muchacho o miente o cree que sólo debe acercarse a la gente que quiera alabar ese pelo tan bonito que luce.

Con una actitud de hooligan político más propia de otras profesiones, Salom, pese a cobrar de nuestros impuestos, ha sido capaz de despreciar de la manera más soez posible a todos los usuarios de Valenbisi, los que se quejan virtualmente y los que maldecimos en voz alta cuando el servicio va como de costumbre: mal.

Hay en Twitter un usuario muy crítico -pero sin faltar el respeto- que va recopilando las quejas que deja desperdigadas el personal. El otro día lamentó la falta de respuestas del ayuntamiento y picó a Salom. La cosa fue así (cabe explicar que el usuario valenbishit tiene como imagen asociada un dibujo que simula una mierda y Salom una foto suya):

Valenbishit (@valenbishit)
09/12/10 13:45
El único representante del ayuntamiento que aparece por aquí (@LuisSalom) y es para vacilar. Estupenda actitud. Bravo @ppcv

Luis Salom Andres (@LuisSalom)
10/12/10 12:01
@valenbishit @ppcv no soy el único representante del Ayuntamiento en twitter... sigue buscando. Pero yo no me escondo detrás de una mierda

Valenbishit (@valenbishit)
10/12/10 16:18
@LuisSalom no te enfades hombre Luisitooooooo

Luis Salom Andres (@LuisSalom)
10/12/10 16:45
@valenbishit no soy yo el que tiene dolores estomacales. Te recomiendo un fortasec

Este pollo, insisto, que recomienda Fortasec a los usuarios que están enfadados por el mal funcionamiento de Valenbisi, es el que quiere que los ciudadanos se acerquen a él, en un ejercicio de cinismo y desprecio digno del equipo de Gobierno al que asesora.

Eso le falta a Rita, un consejero que refuerce sus convicciones de que los ciudadanos somos un inconveniente para su plan de convertir Valencia en una ciudad civilmente destruida. Un plató en el que ella y sus cachorros se burlen de las personas a las que debería administrar.

Quizá al pollo en cuestión lo que le pasa es que a él las bicis le parecen de piojosos. Donde esté un Infiniti...

Actualización: Luis Salom contesta a este post vía twitter (al final me haréis aprender, malditos!)

Luis Salom Andres (@LuisSalom)
11/12/10 02:15
@MalvaConnection soy usuario d ValenBisi, d Metro, d EMT y Cercanías, y no he insultado a los usuarios q no tinen nada q ver con valenbishit

Y mi respuesta:

Malva-rosaConnection (@MalvaConnection)
11/12/10 02:29
@LuisSalom Y, con todo mi respeto, ¿crees adecuada tu respuesta a un usuario como @valenbishit por muy crítico que sea?

Y la respuesta final de Salom (y aquí zanjo el tema en el blog)

Luis Salom Andres (@LuisSalom)
11/12/10 03:11
@MalvaConnection @valenbishit pues con todo mi respeto, alguien con ese nombre que insulta a un servicio con mas de 30.000 abonados, si.

Que cada uno saque sus conclusiones. A mi me ha reafirmado mi opinión.