Debajo de los adoquines está la playa
Pese a lo que podría parecer, esto no es un homenaje a Príapo (aquel Dios de la antigüedad que era todo falo), sino un proyecto urbanístico del Ayuntamiento de Cullera. Manhattan, que ya había hecho mucho daño a Benidorm y a la costa española en general, ha alcanzado ahora a este hermoso municipio costero de la Comunidad Valenciana. El proyecto está compuesto de 33 torres (o tumores) de viviendas de hasta 25 metros de altura y dos rascacielos (o excrescencias pulposas) de 40, todo ello en la mismísima desembocadura del Júcar.
(...)Y el futuro de Cullera es lo que ven. ¿Por qué no hay nadie por la calle?, se preguntará más de uno. Porque no es un proyecto para las personas humanas, sino para la plusvalía animal. Además, ¿quién va a pasear por un lugar tan hortera, por una imitación tan burda de Blade Runner? Blade Runner es, como Manhattan, un género excelente, pero inexportable. He aquí la prueba. Por no haber, en esta imitación de mala muerte no hay ni ovejas mecánicas.
Juan José Millás, hoy, en
La otra mirada, en
El País.
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