El Pisuerga
J. J. Cambra
Para una vez que Rajoy dice lo que todo el mundo piensa (que asistir a un desfile militar es un “coñazo”, sobre todo –añado yo- para la cabra) la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, aprovechando que el Pisuerga sigue pasando por Valladolid, exprime a fondo el “slip” de Rajoy y dice que al presidente del PP le dan “pereza los asuntos de estado”.
Se equivoca Pajín al correr a precipitarse en el Pisuerga con el “slip” de Rajoy, porque no son los asuntos de estado los causantes de la pereza, sino los desfiles militares. Cuando hace un par de años, incurriendo en otro famoso “slip”, Zapatero no se levantó ante el paso de la bandera norteamericana fue por pereza dominical. También el Pisuerga registró entonces una importante aglomeración. De allí salió Zapatero semiahogado aunque sonriente.
Si hoy el nivel del discurso político de los partidos más representativos podría sostenerlo un niño de seis años no se debe a falta de aptitudes dialécticas o a falta de sal en la mollera, sino a una excesiva confianza en el Pisuerga, río del que su Sociedad de Amigos sacó en enero cinco toneladas de basura.
Para una vez que Rajoy dice lo que todo el mundo piensa (que asistir a un desfile militar es un “coñazo”, sobre todo –añado yo- para la cabra) la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, aprovechando que el Pisuerga sigue pasando por Valladolid, exprime a fondo el “slip” de Rajoy y dice que al presidente del PP le dan “pereza los asuntos de estado”.
Se equivoca Pajín al correr a precipitarse en el Pisuerga con el “slip” de Rajoy, porque no son los asuntos de estado los causantes de la pereza, sino los desfiles militares. Cuando hace un par de años, incurriendo en otro famoso “slip”, Zapatero no se levantó ante el paso de la bandera norteamericana fue por pereza dominical. También el Pisuerga registró entonces una importante aglomeración. De allí salió Zapatero semiahogado aunque sonriente.
Si hoy el nivel del discurso político de los partidos más representativos podría sostenerlo un niño de seis años no se debe a falta de aptitudes dialécticas o a falta de sal en la mollera, sino a una excesiva confianza en el Pisuerga, río del que su Sociedad de Amigos sacó en enero cinco toneladas de basura.